Friday, September 15, 1995

El martir y la libertad

EL MARTIR Y LA LIBERTAD

Para Lázaro Gutiérrez, porque esta anécdota se repetirá para él, en años venideros


A unos pocos meses de aquel maravilloso 1989, año en que se derribó el muro de ignominia y llegó la ansiada libertad a Europa del Este, mi esposa Olga y yo viajamos a Praga, Budapest y Berlín. Como cubanos nacidos y criados en el comunismo, nos urgía el impregnarnos de los aires de la libertad nueva que experimentaban nuestros ex-compañeros de desgracia. Había que ir rápido, antes de que la inocencia se perdiera y el materialismo occidental quitara un poco el dramatismo a la historia vertiginosa que se desarrollaba y nos dejaba atónitos, sin capacidad para asimilar la magnitud de los acontecimientos.

Llegamos a Praga, la mas bella de las capitales europeas, una ciudad encantada que ni Disney ni Andersen podrían imitar. Sin "quitarnos el polvo del camino" (en este caso la lluvia), pedimos orientación en el lobby del hotel sobre como llegar hasta la plaza del rey bueno, San Wenceslao. Tomando dos guaguas, en las que todavía a la usanza socialista nadie pagaba pasaje y el chofer no se immutaba, llegamos al lugar, ya de noche. Al fin. El sitio del que tanto habíamos oído, el lugar donde la policía secreta checa instalaba sin pudor las cámaras de surveillance, el espacio de acera donde el 20 de enero de 1969 un estudiante de 21 años llamado Jan Palach se immoló pegándose fuego, para protestar la invasión soviética a su patria.

El sitio donde cayó Jan estaba cubierto de flores, y de pequeños mensajes de reconocimiento, ofrendados por sus compatriotas y por hombres y mujeres libres de otros países, que ya desde mucho antes del 1989 se percataron de que su sacrificio no solo no había sido en vano, sino que era algo necesario, imprescindible. Describir de emocionante el hallarnos ahí, bajo la fría llovizna del otoño praguense es no hacerle justicia al momento. Imagínense al Vietnam Memorial, pero con todo el fervor concentrado en quizás 10 metros cuadrados. Solo atinamos a susurrar un par de avemarías, comprar (a un recién-estrenado vendedor ambulante - genial oportunista) un ramito insignificante de crisantemos blancos y depositarlos cerca de su retrato con una nota minúscula escrita con premura y convicción: Gracias Jan, y Cuba también será libre.

Muchas fueron las vivencias y emociones de aquel viaje. Nos regocijamos ante los locales vacíos y desordenados de los "fraternales" partidos comunistas. Fotografiamos el garito abandonado, cubierto de graffitti y con los cristales rotos de Checkpoint Charlie. Observamos a los húngaros y a los checoslovacos vivir como siempre quisieron y a los berlineses cruzar de AlexanderPlatz al Kumfursterdam sin arriesgar sus vidas. Con las manos y las uñas arrancamos trozos de odio convertido en piedra y nos lo llevamos en la mochila como trofeo. Pero era el memorial improvisado a Jan Palach el que más sentido daba a aquellos días alegres de la liberación.

A veces se siente desaliento al contemplar la triste condición humana a las puertas del siglo ventiuno. Entre guerras, hambrunas, tiranías y excesos, el mundo parece estar inexorablemente dominado por las fuerzas del mal. Pero siempre hay esperanzas. Todo no estará perdido mientras se produzcan sacrificios como los de gentes como Jan Palach, Pedro Luis Boitel o Lázaro Gutiérrez, que borran en una llamarada el porvenir personal en aras del colectivo, sucumben en huelga de hambre, con 68 libras de peso y mil de corazón, o se lanzan a la emoción mas fuerte de su vida ya de ancianos y con las arterias recosidas. Los excépticos, los pragmáticos, siempre menospreciarán estas acciones y las clasificarán de pérdidas inútiles. No importa. Siempre seremos más los que llevamos una flor blanca en la mano.

Domingo Noriega Jr. 9-15-95

Saturday, September 9, 1995

Cruzando el Umbral de la Esperanza - De la pluma del Papa al Mundo


El libro de SS Juan Pablo II, Cruzando el Umbral de la Esperanza, nos ofrece una perspectiva única de la visión del Papa y la Iglesia Católica sobre varios temas, inquietudes y preguntas, algunas de gran actualidad y otras siempre vigentes. Basado en un cuestionario del periodista italiano Vittorio Messori (para una entrevista televisiva en la RAI, que nunca se efectuó) Juan Pablo II se sintió comprometido a ofrecer respuestas escritas, las cuales Messori compiló y conformó en el libro.

El libro contiene secciones de gran profundidad filosófica sobre el significado de la vida y la fe cristiana. Me pareció particularmente emocionante y esperanzador el criterio del Papa sobre el judaísmo y los hermanos separados de profesiones protestantes. Sobre el judaísmo, el sumo pontífice nos revela su amor y respeto por aquellos a los que califica de nuestros hermanos mayores y nos relata de su niñez y juventud en Cracovia, conviviendo con un nucleo importante de judios polacos. Al escuchar los relatos de Juan Pablo sobre nuestros hermanos judios, se comprende el papel determinante que ha jugado el Papa en el mejoramiento de relaciones entre la Santa Sede y el estado de Israel.

Sobre las iglesias protestantes, sus relaciones con la iglesia catolica y el deseo de profundizar acerca de lo que se tenemos en común en la fe, que es mucho mayor que lo que nos separa, En este sentido Juan Pablo nos hace el relato de un sencillo pero conmovedor encuentro ecumenico ocurrido años atras en Africa, donde la evangelizacion se ha hecho en epocas recientes y sin el lastre emocional , y menciona como alla decian “estamos separados, pero no sabemos por que"

Muy esclarecedoras son las palabras del Sumo Pontífice sobre varias creencias que ahora encuentran "de moda" en el mundo oriental, tales como el misticismo budista y las corrientes de "Nueva Era" (New Age). Sobre el budismo, el Papa menciona la incompatibilidad del nirvana con la responsibilidad biblíca del hombre en su vida terrenal.

Para los católicos de postrimerías de este segundo milenio, Cruzando el Umbral de la Esperanza constituye un verdadero tesoro, algo para no solo leer una vez, sino para ser repasado, consultado y quizás hasta analizado en grupos. En esta epoca en que vivimos, donde los protagonistas parecen siempre ser los agoreros, adivinos, psíquicos y astrólogos de a $2.95 el minuto, el lúcido intelecto de SS Juan Pablo II y el sabio humanismo cristiano que destila su libro nos proporciona una fundación espiritual y una perspectiva única que merece ser aprovechada y compartida.

En nuestro ámbito immediato, para los católicos de habla hispana residentes en los Estados Unidos, Cruzando... nos debe ayudar a sentirnos orgullosos y profundizar sobre nuestra fe y tradiciones, las que trajimos de nuestras tierras y que mantenemos vivas, muy a pesar del materialismo secular en el que nos desenvolvemos y de las influencias de otras sectas y creencias , muy ajenas y bastante incompatibles con nuestras tradiciones, para las que "arrancarle" un fiel a la Iglesia Católica parece constituir la máxima realización. Profundizemos nuestra fe ayudados por la buena lectura de Cruzando el Umbral de la Esperanza, y seremos capaces de llevar a las espaldas hasta el mundo mismo!