Sunday, January 7, 1996

Nuestra Señora de la US 19

Nuestra Señora de la US 19
por Domingo Noriega

Son algo austeras las iglesias, católicas o no, en estos Estados Unidos. Quizás nos percatamos mas de esto los que crecimos acostumbrados a templos donde era típica la abundancia de crucifijos, altares, vitrales, incienso, campanarios, púlpitos, via crucis, y por supuesto, innumerables y coloridas imágenes de santos y en especial de María, Madre de Dios en sus múltiples manifestaciones, sea la de Guadalupe, Fátima, Caridad, Providencia, Monserrat o Lourdes. Dentro del proceso de aculturación de los emigrantes latinoamericanos a esta nación, está sin dudas la necesidad de adaptación a estas iglesias de nuevo diseño, que parecen enfatizar mas la presencia de la asamblea congregada, a expensas de esos recordatorios de nuestra fe e historia cristiana.

Esto lo digo porque ahora aquí, ante nuestras propias narices, se nos presenta esta asombrosa imagen reflejada nada mas y nada menos que en los cristales calovares de un típico edificio de oficinas en Clearwater. La imagen, en Drew y US 19, casi ni necesita de “imaginación” para encontrarle una asombrosa semejanza a la virgen de Juan Diego, Nuestra Señora de Guadalupe. De repente, el jardincillo adyacente se convierte en un santuario instantáneo con velas votivas, fotos de seres queridos, postales, rosarios, incienso y oraciones. Mientras tanto, el estacionamiento del Seminole Financial Center, los negocios cercanos y hasta la transitada intersección toman un aire de sitio de peregrinación, con grupos de creyentes que rezan el rosario, algunas gentes que lloran, otras que ríen, y hasta otros que entonan “blues” con esa espiritualidad que solo poseen los afroamericanos

La diócesis de San Petersburgo, con la mesura y cautela que siempre caracteriza a la iglesia católica en lo que respecta a apariciones, nos recomienda un “saludable excepticismo” en este caso. Se comprende y respeta el planteamiento, aunque excepticismo es lo que tenemos en demasía dentro de esta sociedad moderna de fin de siglo. En ocasiones como la actual, considero que los acontecimientos se deben tomar tal y como vienen, ya que esta imagen puede devolver o crear sentimientos de espiritualidad y fe en muchas personas que ya los tenían perdidos o casi inexistentes. Solo con observar los rostros de muchos de los allí presentes se comprueba lo anterior.

Mas allá de la autenticidad o no de la que ya algunos llaman “Nuestra Señora de US 19", esta singular imagen y las multitudes congregadas ante ella nos demuestran la necesidad de Dios que existe en una sociedad como la nuestra, con unas Navidades que cada año se paganizan mas y donde el milagro del nacimiento del Enmanuel, Dios con nosotros, se minimiza y hasta desaparece en medio de un aluvión materialista de ofertas comerciales y el pernicioso y “politicamente correcto” secularismo, que intentan eliminar la esencia cristiana de estas celebraciones y convertirlas en algo genérico y arreligioso.

Monday, January 1, 1996

ELEGIA AL CUBANO CANSADO

El cubano cansado está en todas partes. Cuando se menciona, es para criticarlo. Este individuo, que puede encontrarse en Cuba, Miami, Tampa, New Jersey o dondequiera que el destino lo ha colocado, está cansado, entre otras cosas, de que se le invoque a sumarse a tal o mas cual falso proyecto o causa de "salvación" a la patria, con llamados de seudo-combatividad e intransigencia. También lo agobian las demandas de mas sacrificios y las gastadas promesas de un futuro mejor dentro del vetusto sistema que poco cambia o cambia para peor. Le aturden esas consignas a sacrificarse hoy, para el mañana, como ya tantas veces le pidieron ayer, para este triste hoy. Le duele la existencia desenraizada, en un país siempre extranjero, donde mientras mas tiempo transcurre mas sueña con la tierra que se sabe ya para siempre quedó atrás. Le mortifican las penurias materiales, que le roban tiempo precioso para vivir, para pensar, para querer, que lo deshumanizan y lo envejecen amargado. Odia el rat race que lo convierte en un conejillo mas que en un raton.

Vive para sí mismo, para su familia, para su entorno. El concepto de patria se le ofusca al oirla mencionar en vano por tantos otros, nunca cansados, pues viven del cansancio. Lo hastía la política y los políticos, porque son los mismos fariseos de siempre que lo mismo piden sacrificios y guerra desde el confort acondicionado de la cabina radial, micrófono en mano, henchidos de libras y colesterol o aquellos que arrancan las alas de la esperanza a tres generaciones de cubanos y se van de vacaciones a sus casonas en Varadero y Santa María, año tras año.

Si tiene dólares, el cubano cansado los envía a la familia, a los de allá, porque le consta que hay necesidad y hace caso omiso a los ayatolas oportunistas que lo descalifican y lo consideran una persona sin dignidad. Si no los tiene, el de allá los pide, haciendo tripas corazón y avergonzado de su condición de mendigo involuntario. Poco le importa ya que lo tilden aquí de flojo, infiltrado, o fidelista reciclado, o allá de penetrado, diversionista, plattista o gusano allá. Sabe que los extremos se tocan. Se rie y mofa todo intento de censura. Quiere que lo dejen en paz, quiere vivir, quiere hacer lo que le venga en gana. Desprecia a los viejos comités habaneros de vigilancia que ya no pueden y a los comités de viejos microfoneros calleochistas que vigilarían si pudieran.

Casi no vislumbra una esperanza, este cubano cansado y existencial. Pero tiene que creer en algo, esta vida es muy corta para tener que vivirla en un eterno cenagal. Cachita, Changó, Reverendo Vila, Cristo de Limpias, San Lázaro, Monseñor Jaime, Martín de Porres, Siete Potencias, ayuden a andar derecho, sin tragar mucho fango, a ese cubano cansado.