Friday, January 31, 1997

Los Van Van en el Viejo San Juan

Recién regreso de unos días de trabajo en Puerto Rico. Lo que pensaba seria una visita
cotidiana se convirtió gracias al azar (o a la Providencia, como diría un buen puertorriqueño) en una experiencia inolvidable. Los Van Van, la famosa orquesta cubana, regresaba a Borinquen despues de su exitosa primera gira por los Estados Unidos. Me entere de puro accidente, cuando al "flipear" canales me tope con el “gánster” Sanchez, su "No Te Duermas" y el grupo cubano en ese ingenioso marco musical que el vivaz animador tiene en una esquina del escenario. Allí se anunciaba la presentacion, a esa misma hora, en el Museo de Arte e Historia del Viejo San Juan.
La ocasión, o el propósito del concierto, era la clausura en dicho local de la exposición del pintor y músico puertorriqueño Denis Mario. El Museo se encuentra en la hermosa calle Norzagaray, la arteria que bordea el extremo norte del Viejo San Juan y desde donde se aprecia una vista espectacular del Morro, el Cementerio y el Fuerte San Cristobal. La vieja casona colonial que alberga el museo tiene uno de esos amplios patios interiores, y allí fue donde se celebro el concierto, en una fresca y deliciosa noche sanjuanera.
Lo inusitado de la fecha (un lunes por la noche) la falta de aviso previo y el carácter acogedor del local le dieron al evento un aire de intimidad, de descarga entre amigos que ningún local comercial podría brindar. Las 150 o 200 personas congregadas allí nos dimos el gusto de bailar, gritar y vacilar con el mejor grupo bailable que ha dado Cuba en el último cuarto de siglo. El que les escribe tuvo la oportunidad de colarse "backstage" y conversar amplio con varios integrantes del grupo, incluido el legendario Formell, mencionando canciones y melodias de las que ya ni tienen arreglos y recordándoles el cariño y la admiración que por Los Van Van sienten tantos cubanos en esta orilla norte del estrecho.
Sorpresa: Un ex-Van Van que sigue siendo Van Van
Pero además de "La Sandunguera", el "Deja la Ira", un "Tipo Normal" y otras canciones, Formell y sus muchachos nos tenían una sorpresa esa noche. Israel Sardiñas, cantante del grupo hasta 1983 cuando decidió asilarse en los EE UU, se encontraba allí y Formell lo invitaba a recordar los buenos tiempos y subir a cantar. Sardiñas, que quizás algunos recordaran como el "blanquito" flaco que cantaba a dúo con el negrón Lele en la orquesta "Reyes '73" no se hizo de rogar y canto como en su época de oro, con el apoyo y estimulo de sus ex-compañeros. Emocionante resultaba el verlos actuar juntos, el contemplar en los rostros de los integrantes del grupo la genuina amistad y cariño por el compañero separado. Bien lo dijo Israel, el "Cantor": El seguía siendo un Van Van, catorce años despues.
Demás esta decir que el público le brindo un apoyo inmenso a la orquesta, tanto esa noche como en otras presentaciones en la isla. En estos largos años en que la música cubana ha permanecido hibernante, aislada y vapuleada por el acontecer político, sin duda han sido los boricuas de la isla y los de Nueva York los que más han hecho por mantener vigente su difusión en el mundo y particularmente en este país. Este lunes 27, bien pasada la una de la madrugada, las suplicas de "otra!, otra! se desvanecieron ante la certeza de que el permiso hacia rato que se había vencido y del Museo salimos, cubiches y portorros, con el convencimiento de que el manido refrán de "Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas" había dejado de ser un cliché. Es que el pajaro se materializó y salió volando, a ritmo de los Van Van, por el Viejo San Juan.

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