Wednesday, May 27, 2009

El Año Del Delfín


Llamémosle justicia poética. Hace casi diez años, la historia por todos conocida: Elián, un niño cubano, intenta cruzar con su madre el estrecho de la Florida, en medio de una tormenta, su madre lo deposita en la cámara de camión que le sirve de balsa, se lo encomienda a la Virgen de la Caridad…y ella muere en la travesía, pero al niño lo guía por un delfín hasta las manos sorprendidas de unos pescadores en Cayo Hueso. Hoy, otro niño, de nombre Delfín, se embarca con su madre en similar y aterradora ruta, pero esta vez es el niño el que ayuda a su madre a sobrevivir, y juntos llegan, sanos y salvos, a este país.

Lo anterior puede ser ‘noticia’ de por sí solo, pero la cosa no queda ahí… hay más! Resulta que Delfín (nombre completo José Delfin Fernández, edad 16 años, para no confundirlo con Delfin González, uno de los tíos de Elián) era un talento incipiente en el beisbol juvenil cubano, un lucerito destinado a convertirse en uno de estos peloteros cubanos que acopian medallas y victorias internacionales para el team Cuba, siempre dedicadas al eterno Comandante y su sistema, mientras de noche, solos en la habitación del hotel , con la almohada como único confidente, sueñan con la libertad y aspiran a poder llegar al nivel cimero en el deporte y ser debidamente recompensados por su talento.

Por suerte, Delfin escapo de ese círculo vicioso que obliga como atleta fingir lealtad al régimen para poder viajar y al llegar a Tampa se encuentra prácticamente… fuera de liga! El muchacho ha tenido un año increíble en esta temporada con la escuela secundaria Alonso, dominando a sus contrincantes y alcanzando el triunfo en el campeonato estatal. Siete triunfos, una derrota, y montones de ponchados fueron decisivos en la victoria de la popular secundaria en esta temporada.

Es un día grande para nuestra comunidad cubana en Tampa. Debiéramos invitar a Delfin y su familia a la Casa Cuba, El Círculo Cubano, el Club Cívico y darle el homenaje que el cubanito merece. Ojala y Delfin llegue lejos, haga caso omiso a las tantas tentaciones que acechan a buenos atletas en nuestra sociedad, y siga llevando alto su nombre, el de Cuba y el de Santa Clara, su tierra chica.